Semilla c 5133.
Bogotá Colombia.
Hoy aprendo:
¿Amargado? ¡Perdone!.
Las relaciones en muchas familias
están seriamente afectadas
como producto de la amargura en el corazón
de esposos, padres, hijos y hermanos.
Debido a que cada persona es diferente de las demás,
es imposible que no hayan ofensas y heridas.
La amargura es el resultado de la acumulación
de heridas emocionales recibidas a lo largo de la vida,
especialmente de parte de los seres más cercanos
y queridos.
La falta de perdón hace que la amargura eche raíces en el corazón,
pero el perdón la erradica por completo.
Una manifestación de la amargura es el enojo.
Cuando dos personas están enojadas, sus
corazones se alejan emocional y espiritualmente.
Para cubrir esa distancia, recurren a los gritos
para poder escucharse.
La ira y el enojo separan,
pero el perdón acerca.
El enojo conduce a la maledicencia,
es decir, hablar mal de la otra persona,
lo que equivale a maldecirla.
Hay familias donde abundan las palabras
de descrédito y condenación.
Ojalá en su hogar abunde la " benedicencia",
bendiga a todos, todo el tiempo con sus palabras.
" La muerte y la vida están en
poder de la lengua, y el que la ama
comerá de sus frutos"
Proverbios 18: 21.
Hoy aprendo:
Recuerde que el perdón es una decisión,
la obediencia al mandato divino "Perdonad"
va acompañado del olvido.
El mayor ejemplo es Dios mismo,
quien nos perdonó todos nuestros pecados.
Perdonar debe ser
parte de su vida.
Es necesario para su sanidad interior,
es necesario para su crecimiento espiritual,
es necesario para su crecimiento emocional,
es necesario para su crecimiento físico (desaparecen
las enfermedades)...
Y lo más importante se fortalece toda la familia.
El perdón es el antídoto
y remedio divino
para la amargura.
Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonandoos...,
como DIOS os perdonó a vosotros
en Cristo.
Efesios 4: 32.
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