Noviembre 18
Semilla # 322 de 365
La aceptación es hacer las paces con
tu realidad
Rafael Vidac
Semillas de sabiduría
Mensajes que cambian vidas
Lee, ora, piensa,
reflexiona, determina,
actúa, da, ama
y sé feliz.
Ariel Antonio Quesada Tapias
Un decálogo para el diálogo y
la aceptación
1- El ser humano goza de manera individual
de una riqueza que le es propia y que puede
comunicar a los demás.
Ni en la naturaleza encontramos dos seres que se repitan, ni dos personas que piensen exactamente igual.
La diversidad de opiniones es importante para el diálogo.
No podemos esperar que todos piensen como nosotros.
2- La finalidad por la que se nos ha concedido la palabra es revelar nuestra verdad y no ocultarla.
No se puede emplear la palabra para ocultar segundas intenciones. Hay quienes padecen de "verborragia", es decir, hablan y hablan como si temieran quedarse sin razones; sus palabras son cortinas de humo que impiden escuchar otras verdades.
La sinceridad es el alma de todo diálogo.
3- Dialogar es hablar y saber escuchar.
Si la naturaleza nos ha dotado de 2 oídos y una sola lengua, es para que entendamos que nos corresponde escuchar el doble de lo que tenemos que hablar.
En la familia no hace falta muchas palabras. " Más vale corazón sin palabras que palabras sin corazón".
4- No hay peor sordo que el que no quiere oír.
Si adoptamos actitudes defensivas frente a la opinión de los demás: Si movidos por los prejuicios, cerramos nuestros oídos a
lo que otros dicen con la mejor intención, convertimos el diálogo en un diálogo de sordos.
5- La verdad no es sólo de una persona.
Al diálogo todos pueden aportar, porque "nadie hay tan listo que lo sepa todo, ni tan torpe que no sepa nada". Entre todos podemos encontrar, no toda la verdad,pero si un poquito más de verdad.
6- Todos tenemos derecho a equivocarnos, es humano.
Condenar el error equivale a condenar al que se equivoca.
Reconocer nuestros propios errores ante los hijos o esposa, lejos de hacernos perder estima ante ellos, produce sentimientos de comprensión y aceptación.
7- El diálogo supone una actitud de aceptación de nuestros interlocutores, sin reserva ni condiciones. Nuestra memoria se convierte muchas veces en cuadros en lo que tenemos clasificados y etiquetados a los demás.
A veces los seguimos juzgando por acontecimientos ocurridos hace mucho tiempo.
No admitimos que pudieran cambiar.
Negamos la capacidad que tiene toda persona para reestructurar su propia vida.
8- La rectitud de intención de diálogo se pone de manifiesto en la capacidad que tenemos para ceder.
Ceder no significa una derrota, sino el triunfo sobre nuestro conformismo; aceptar que desde el momento en que aprendemos algo nuevo, ya no podemos seguir siendo los mismos, puesto que nuestro ser se ha enriquecido con la riqueza del otro.
Dialogar es querer aprender, y aprender consiste en aceptar el cambio de nuestra conducta, motivada por nuestra experiencia o por la ajena.
9- Dialogar no es invadir con nuestras preguntas imprudentes la intimidad del otro." No a todos les gusta oír lo que a ti te gusta decir". El que emplea sus palabras para molestar o agredir a los demás destruye toda la posibilidad de comunicación.
El violento no es comunicativo.
La virtud del diálogo es la tolerancia, que consiste fundamentalmente en en el respeto al otro, de sus valores, aunque no coincidan con los nuestros.
10- Vivimos esclavos del tiempo, bajo la tiranía del reloj. Ello nos vuelve impacientes y deseosos de concluir lo más rápidamente posible nuestras comunicaciones. No podemos decirlo todo, por eso nuestros diálogos han de ser necesariamente incompletos. Nadie tiene la última palabra. Es importante quitar las prisas, que impiden la comunicación.
Si dices no tener tiempo para compartir con tu familia, el diálogo debes buscarlo.
El diálogo genera paz interna
y mejora la relación con los demás.
www.semillasdesabiduria.com
As
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