Semilla 4484.
Hoy aprendo:
.
1- Honra a tus padres y maestros y a los que por su
ilustración, por su virtud y por sus servicios se dis-
tinguieron entre vosotros.
2- En la duda, abstente, y en todo caso, antes volver
bien por mal, y ser víctimas antes que verdugos.
3- Da a cada cual lo que es debido, con agrado y con
sencillez de corazón, aún antes de que te lo exi-
jan.
4- Procura bastarte a ti mismo y no deber nada a na-
die para conservar íntegro el tesoro inapreciable
de tu independencia.
5- Rinde culto en tu corazón a la verdad y a la jus-
ticia y propágalo entre personas dignas, capaces de entenderlo.
6- No hagas mal a nadie y compórtate con los
demás como quisieras que lo hiciesen contigo.
7- Compra y vende con peso y medida justa, y paga
en buena moneda de ley, lo bueno por lo bueno
y lo malo por lo que es.
8-No defraude al trabajador ni le escatime la virtud
de su trabajo, porque es deuda de sangre y espe-
ranza justa de una familia necesitada.
9- Que no manche tus labios la mentira y ten horror a
la calumnia y a quien la profiera.
10- No prostituyas tu dignidad de hombre con accio-
nes torpes e insensatas, ni tu nombre con pala-
bras deshonestas, ni con blasfemias, ni juramen-
tos.
11-Sed sobrio de palabras, aún sobre lo que supieres y principalmente cuando pueden redundar en daño de otro.
12- Huye de donde se murmura,si no puedes evitar
que se continúe.
13- No des oídos a propósitos injustos ni lugar en tu
corazón a las sugestiones de la envidia, ni a los
arrebatos de la ira.
14- Desconfía de toda adquisición o logro que no sea
producto de tu trabajo, o de la espontaneidad de
tu ingenio.
15- Sed defensor de tu patria, celoso te tu dignidad y
de tu independencia y también de tus derechos.
16- No olvides que el trabajo y el estudio son
los medios seguros que el hombre tiene
para vivir con independencia.
17- No seas ligero en prometer, ni tardío en cumplir;
oye con atención y habla con prudencia.
18-No ignores el clamor de la desgracia y deja ir
tu corazón a la inspiración de la misericordia.
19- Que tus manos y pies estén siempre
prontos a acudir en auxilio de la desgracia.
20- No reprendas con dureza, sino como quien
enseña; ni castigues con saña, sino como quien
amonesta.
autor: Allan kardec.
Lee, piensa, reflexiona y actúa.
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