jueves, 19 de marzo de 2015

" Las pequeñas cosas son las responsables de los grandes cambios" - Anónimo)

SEMILLAC 5073.
BOGOTA COLOMBIA.

HOY APRENDO:



Somos de verdad cristianos si tendemos la mano al otro.
Hector Muñoz.


¡Què terrible serìa que alguien nos diera la mano y se la dejàramos colgada! La relaciòn habrìa quedado quebrada en dos.

Un gran riesgo en el que no debemos caer es "declamar" actitudes cristianas. Lo que si debemos hacer es "practicar conductas cristianas, porque solo los hechos  daràn razòn a la verdad ( o de la mentira) de nuestras palabras.
Una cosa es "decir" y otra " hacer". Por algo el dicho popular declara que "del dicho al hecho, hay mucho trecho".
No basta con "hablar del amor": hay que amar.
No basta con dictar cursos a la comunidad, ni predicar de DIOS Y sobre el amor, hay que dar el ejemplo que nos dejò Jesùs,  y sobre todo debemos matar el el individualismo y egoìsmo que nos corroe.

No basta con escribir miles de  pàginas sobre las bondades de la vida fraterna: hay que traducir esto con en una vida de hechos fraternos.

No basta con cacarear acerca de la paz y del horror de la guerra y de los terroristas y del... y del...: debemos ser hombres y mujeres de paz, convencidos  de que no hay otro modo humano y cristiano de vivir, sino en paz.

Si un hermano me tiende la mano y se la tomo, èramos dos, pero en el apretòn de manos, somo uno.

Si yo tiendo  la mano al hermano, hasta ese momento ,èl era "otro": en el apretòn de manos deja de ser "otro" y nos convertimos, los dos, en "nosotros".

Por supuesto, ese "tender la mano" no es sòlo darle la mano al otro materialmente mi mano, sino"darle una manito"..., ayudarlo, apoyarlo, consolarlo, aliviar su peso, llevando yo dicha carga. Con seguridad me sentirè màs pesado, pero el estarà  màs aliviado, y en esa actitud de solidaridad reside la ley de CRISTO.

El mundo està cansadìsimo de " palabras",aun de las mejores palabras. No tenemos tiempo para leer una mìnima parte de  de lo
mucho de bueno que cae en nuestras manos. Pero estamos muy necesitados de obras, de testimonios claros, de hechos que condigan la palabra, pues esos hechos son tan lenguaje...¡o màs!, que los mejores discursos.

Siempre he puesto como ejemplo un solo gesto de la Madre Teresa de Calcuta, constituye para mì por lo menos, una palabra màs luminosa que cuantos tratados pueda leer acerca de la misericordia hacia el pobre y marginado.
¿ Què nos queda hacer?, no hablar tanto y obrar màs, tendiendo la mano al otro.
 Fuente: Cada buen sueño, tiene un buen despertar.     





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