Coach de vida
Liderazgo que transforma
Semillas de Sabiduría
Mensajes que cambian vidas.
Hoy aprendo:
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
Una hoja de morera tocada por el genio del hombre se convierte en seda.
Un campo de arcilla tocado por el genio del hombre se convierte en un castillo.
Un ciprés tocado por el genio del hombre se convierte en un manto para un rey.
Y si es posible que las hojas, la arcilla, la madera y la lana multipliquen su valor en un cien por ciento, que digo, en un mil por el hombre, ¿no puede hacer lo mismo con la arcilla que lleva mi nombre?
Hoy multiplicaré mi valor en un cien por ciento.
Soy como el grano de trigo a quien le confrontan tres futuros:
1- El trigo puede ser puesto en una bolsa y arrojado en un chiquero para alimentar a los puercos.
2- Puede molerse y convertirse en harina y luego en pan.
3- Puede sembrarse en la tierra a fin que crezca y luego sus espigas de oro produzcan mil granos cada una.
Soy como un grano de trigo, con una diferencia.
El trigo no puede escoger ser de alimento para los puercos, molido para el pan, o plantado para que se multiplique.
Yo tengo la facultad de elección, y no permitiré que mi vida sea alimento de los puercos, ni dejaré que sea molida bajo las piedras del fracaso y la desesperación,y así quebrantado, ser devorado por la voluntad de otros.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
Para que crezca y se multiplique, es necesario plantar el grano de trigo en la oscuridad de la tierra. y mi fracaso, mi desesperación, mi ignorancia y mis inhabilidades, son la oscuridad en que he sido plantado a fin de madurar. Ahora, como el grano de trigo que brotará y fructificará sólo si es nutrido por la lluvia y el sol y los vientos tibios; yo también debo nutrir mi cuerpo y mi mente para cumplir mis sueños.
Pero para crecer hasta llegar a su plenitud el trigo debe esperar los caprichos de la naturaleza. Pero yo no necesito esperar, porque tengo el poder para escoger mi propio destino.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
¿Y cómo lograré esto?:
Primeramente fijaré metas para el día, la semana, el mes, el año, y mi vida.
Así como la lluvia debe caer antes de que el grano de trigo rompa su cáscara y germine, así yo también debo tener metas y objetivos para que mi vida cristalice.
Al fijarme metas recordaré mis mejores trabajos del pasado y los multiplicaré en en un ciento por ciento.
Este será el nivel según el cual viviré en el futuro.
Nunca me preocuparé de que mis metas sean demasiado elevadas, puesto que, ¿no es mejor acaso apuntar mi lanza a la luna y herir solamente a un águila, que apuntar mi lanza al águila y pegarle solamente a una roca?
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
La magnitud de mis metas no me asombrará, aunque quizá tropiece antes de alcanzarlas.
Si tropiezo, me levantaré de nuevo y mis caídas no me preocuparán, porque todos los hombres deben tropezar con frecuencia antes de llegar a su meta.
Sólo el gusano está libre de la preocupación de tropezar. Y yo no soy gusano. No soy una cebolla tampoco. No soy una oveja.
Soy hombre. Que otros construyan una cueva con su arcilla. Por mi construiré un castillo con la mía.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
Y así como el sol debe calentar la tierra a fin de producir la plantita de trigo, así también las palabras de estos pergaminos calentarán mi vida y convertirán mis sueños en realidad.
Hoy sobrepasaré toda acción que realicé ayer.
Subiré a la montaña de hoy con toda la habilidad que tengo, y sin embargo mañana subiré más alto que ayer.
El sobrepasar los hechos de otros carece de importancia; el sobre pasar mis propios hechos es lo que significa todo.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
Y así como el viento caliente hace madurar el trigo, los mismos vientos llevarán mi voz a aquellos que me escucharán y mis palabras les anunciarán mis metas. Una vez pronunciado, no me atrevo a revocar lo que he dicho por temor a la humillación.
Seré como mi propio profeta, y aunque todos se rían de mis declaraciones, oirán mis planes y conocerán mis sueños. Y de esta manera no habrá escape para mí, hasta que mis palabras se conviertan en hechos realizados.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
No cometeré el terrible crimen de apuntar demasiado bajo.
Realizaré la labor que un fracasado no hará.
Siempre extenderé mi brazo más allá de lo que está a mi alcance.
No quedaré nunca contento con mi actuación en el mercado.
Siempre ampliaré mis metas, tan pronto las haya alcanzado.
Procuraré siempre hacer que la próxima hora sea mejor que esta.
Proclamaré siempre mis metas al mundo.
Y sin embargo, nunca proclamaré mis éxitos.
Que el mundo en cambio se me acerque con alabanza y que yo tenga la sabiduría de recibirlo con humildad.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
Un grano de trigo cuando se multiplica en un ciento por ciento producirá cien tallos.
multiplique éstos en en un ciento por ciento, diez veces, y alimentarán a todas las ciudades del mundo.
¿No soy yo más que un grano de trigo?
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
Y cuando haya realizado esto, lo repetiré de nuevo, y se producirá el asombro a la maravilla de mi grandeza, en circunstancias que las palabras de estos pergaminos, se cumplen en mí.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
Fuente: OG Mandino
El vendedor más grande del mundo
Blog preservado por la
Biblioteca Nacional de Colombia
¡ Vamos a hacer memoria!
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