Noviembre 22
Semilla # 326 de 365
Semillas de sabiduría
Mensajes que cambian vidas
Bogotá Colombia
Hoy aprendo:
La virtud de la sencillez
La sencillez es apertura de corazón, de mente, de la voluntad, de
los sentimientos y de la fe recibida.
El que vive desde la sencillez de los hijos de DIOS, no se complica,
no se angustia.
Es una persona que transita por la vida con transparencia, limpieza interior y espontaneidad, con
apertura de corazón, dejando que DIOS penetre en nuestra alma;
apertura de mente para dejarse sorprender por el DIOS de la vida
sin cerrarle la puerta con el pestillo de mi racionalismo.
El alma que no es sencilla siempre está complicándose,
pidiendo explicaciones de todo;
apertura de voluntad, para aceptar el plan de DIOS sin regateos,
sin cerrarle las puertas con el pestillo de mis limitaciones. La
apertura de los sentimientos se refiere a intuir las necesidades de los demás.
Finalmente está la apertura de mi fe, que implica descubrir la
mano de DIOS en el sufrimiento, sin rebelarme a El, el alma
sencilla ve en todo la huella de DIOS.
Hay enemigos de la sencillez, que si no estamos vigilantes, pueden estropear lo que con tanto esfuerzo humano y espiritual hemos edificado.
El primer enemigo es la soberbia, el sentirse superior a los demás;
el segundo enemigo es el racionalismo, se siente brillante y ala vez
desconfiado, complicando con su actitud las cosas sencillas; el
tercer enemigo es la tacañería, el sujeto complicado, no cede
fácilmente un poco más del tiempo establecido.
El que no cultiva diligentemente la virtud de la sencillez, podría
caer en la envidia, enojándose consigo mismo, porque la idea
genial para determinado evento o proyecto no salió de él.
El envidioso,esconde odio en las paredes de su corazón.
Otro peligro del que carece de la sencillez, es el que se vuelve
vanidoso, con las relaciones y con las amistades de de gente
importante que dice tener, y también con las cosas materiales y la
tecnología, aunque sean de poca utilidad, las tiene para sí, y le
resulta difícil desprenderse de ellas, aferrándose a cosas
materiales innecesarias, como un niño egoísta.
Si uno no es sencillo, no puede ser sensible a la belleza de los
árboles, al canto de un ruiseñor, a la brisa fresca mientras
trepamos la montaña.Es una verdadera terapia escuchar la lluvia
caer, observar y escuchar cuando el río se desliza por la cascada,
en fin, a todas las cosas que existen en el mundo que nos rodea.
Y si no hay sencillez, uno no puede ser sensible al mensaje que
DIOS creador quiere decirnos allí.
La mayoría de nosotros vive muy superficialmente en el nivel
superior de la conciencia.Allí tratamos de ser reflexivos e inteligentes.
Es positivo pensar, pero si sacamos a DIOS del corazón y
despreciamos su creación, nuestras reflexiones pueden caer en la
vanidad y en la arrogancia. Y mientras no se haya desarrollado la
virtud de la sencillez, somo como polos de atracción para el daño,
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el sufrimiento y la destrucción.
Ser sencillo en todo proceso de nuestra conciencia es
extremadamente arduo, pero es nuestro deber como seres humanos,
esforzarnos. Sólo entonces cuando, cuando la mente y el corazón
son realmente sencillos, cuando estemos limpios de sedimentos,
seremos capaces de resolver los múltiples problemas que se nos
plantea en la vida.
Quien cultiva la sencillez se manifestará en actitudes, gestos, palabras, actividades y estilos de vida.
Sencillez es ser el niño y el maestro sabio.
Es ser como el joyero que diseña, diseña con belleza y perfección cada pieza, pero sigue siendo sencillo.
Fuente: Periodico El camino
Felipe Colón
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