Diciembre 02
Semilla # 336 de 365
Sólo nos llevaremos el amor que dimos o
el desamor que nos guardamos.
Anónimo.
El gran mandamiento:
Jesús les dijo:
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
Este es el primero y grande mandamiento.
Y el segundo es semejante:
Amarás a tu prójimo
como a ti mismo.
Mateo 22,34 .
Decálogo del amor al prójimo:
-Reflexión
Estamos viviendo en un mundo difícil,
la violencia está por la nubes,
la destrucción de los ecosistemas disparado,
la delincuencia es imparable.
En cualquiera de las grandes metrópolis del mundo
la violencia y la delincuencia alcanzan
niveles cada vez más grandes.
la pobreza está excesivamente elevada a nivel mundial,
la desigualdad es evidente,
el desplazamiento forzado por violencia
y hambre se da en la gran mayoría de los países en todo el mundo,
estamos viviendo en en un escenario complicado,
hostil y egoísta.
Lo triste es que todos somos conscientes de la realidad,
pero no hacemos nada para cambiar ni para mejorarla,
para ayudar a cambiar la sociedad que cada vez está más enferma.
las noticias a diario nos saturan de reportajes crueles e inhumanos, las personas no se tratan como tales, se tratan peor que los animales.
La humanidad está deshumanizada,
es evidente, todos estamos participando de este desastre,
de este circo donde cada uno hace y decide lo que le parece.
Todos hacemos parte de este planeta tierra
donde cada uno vino a vivir con un propósito divino.
Así que todos somos conscientes de lo que acontece,
toleramos lo cruel y ya nos inmuta tanta violencia
e indiferencia en el mundo.
En lo que respecta a lo económico vivimos atropellándonos
en aras de conseguir aquello que según el mercado
" nos da felicidad".
Nos hemos convertido en números en
la gran cadena de producción mundial.
Estamos dejando de ser humanos para ser
convertidos por el mercado en máquinas de consumo y producción.
La hermosura de la vida cada día se distorsiona,
llegando al límite de pensar que sólo en las posesiones
está la verdadera vida.
Hoy vivimos en un mundo dominado por el capital;
las grandes multinacionales atropellan con su filosofía de producción,
donde el empleado produce más de lo que gana,
así que la balanza se inclina desfavorablemente para el trabajador
y no hay control del estado ante eso,
filosofía y ejecución del modelo neoliberal.
Esta desigualdad lleva a que la pobreza
cada día sea más evidente, pues a mayor riqueza de aquellos que tienen el capital, mayor pobreza.
Tristemente el poco dinero que tiene el ciudadano común es absorbido por las diferentes técnicas de captación del modelo económico,
que cada día presenta a la humanidad mayores necesidades que requieren uso del capital, de la moneda, lo que quiere decir que el dinero siempre tendrá un destino, las manos de los poderosos.
La pobreza es el resultado de la injusticia social,
una sociedad egoísta que no comprende que todos somos parte de un todo y no el todo,
el centro ( posición egocéntrica del ser humano),
Las riquezas van a manos de un pequeño grupo selecto,
mientras que una gran parte de la población muere de hambre y sed.
Este egoísmo humano lleva a la corrupción,
a ella no le importa el bienestar del otro.
Las condiciones dignas de trabajo cada vez disminuyen.
Esto origina grandes grupos de pobreza
que suelen habitar en en las periferias de las grandes ciudades.
La falta de empleo es motivo de delincuencia,
ya que las condiciones para acceder a la educación se hacen menos favorables para quienes tienen que trabajar desde niños para llevar sustento a los hogares.
Muchos de esos niños terminan
en pandillas, donde estos jóvenes ven que pueden obtener mejores ganancias en el mundo de la delincuencia.
Fuente: Lupa protestante.
"El verdadero amor no es otra cosa
que el deseo inevitable de ayudar al otro
para que sea quien es"
Jorge Bucay.
Si Cristo les ha dado a ustedes el poder para animar a los demás,
y si el amor que ustedes tienen los lleva a consolar a otros,
y si todos ustedes tienen el mismo Espíritu y son compasivos,
les pido que vivan en armonía y que se amen unos a otros.
Así me harán muy feliz.
Pónganse de acuerdo en lo que piensan,
deseen las mismas cosas y no hagan nada por orgullo
o sólo por pelear.
Al contrario hagan todo con humildad,
y vean a los demás como mejores a ustedes mismos.
Nadie busque el bien sólo para si mismo,
sino para todos.
Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo.
Filipenses 2.
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El amor a la libertad es amor al prójimo,
el amor al poder es amor a sí mismo.
Anónimo.
Ariel Q
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