TODOS SOMOS VASIJAS AGRIETADAS.

 ARIEL ANTONIO QUESADA TAPIAS

COACH de vida.

Facilitador en procesos de humanización y crecimiento personal.

Todos somos vasijas agrietadas.

Un cargador de agua de la India, tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de sus hombros. Una de las vasijas tenía  varias grietas, por donde perdía lentamente parte de su contenido, mientras que la otra  era perfecta y por ello conservaba toda el agua hasta el final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa del aguador, pero cuando llegaban, la vasija sólo tenía la  mitad del agua.

Durante dos años completos, esto fue así todos los días, desde luego la vasija  sana se sentía muy orgullosa por sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero por el contrario la vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo  podía hacer la mitad de todo lo que se suponía era su obligación.

La tinaja agrietada le habló al  aguador así, diciéndole:

Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedo entregar si acaso la mitad  de mi carga y sólo debería recibir  la mitad  del valor de mi trabajo.

El aguador, le habló compasivamente:

" Cuando regresemos a la casa quiero que  observes las bellísimas  flores que crecen  a lo largo del camino".

Así lo hizo la tinaja. En efecto  detalló  muchísimas  flores hermosas a lo largo del camino, pero al tiempo se sentía apenada porque al final sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.

El aguador le dijo: " ¿Te diste cuenta que las flores sólo crecen  en tu lado del camino?. Siempre  he sabido de tus grietas y quice sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo del camino por donde pasas todos los días y así, yó, he podido recoger esas flores para decorar el altar de mi Maestro.

Si no fueras exáctamente como eres con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza de jardín florido.

Cada uno de nosotros tenemos nuestras propias grietas... Todos somos en algún aspecto como esa vasija agrietada, pero debemos tener presente, que siempre... 

existirá la posibilidad de aprovechar nuestras propias limitaciones, para que, en vez de sufrirlas, logremos sacar de ellas el mejor provecho, y que si allí están... quizás para algo sean y sirvan.

Autor: Humberto A Agudelo C.

Libro: Vitaminas Diarias para el espíritu.página 315.

El camino a veces se nos pone difícil, pero Dios lo usa para hacernos más fuertes.

Ariel Antonio Quesada Tapias.

Actitud aprendida que triunfa

Semillas de sabiduría.

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