jueves, 11 de enero de 2018

CONSEJOS PARA TRIUNFAR.

Enero 12
Semilla # 224 de 365


Semillas de sabiduría
Mensajes que cambian vidas
Lee, piensa, reflexiona, determina,actúa,
da, ama y sé feliz.

Hoy aprendo:





Semillas de sabiduría
Mensajes que cambian vidas

Hoy aprendo:

Los 21 consejos  que hicieron  a un arriero el  más grande empresario de su país,
y de un fracasado el más famoso Apóstol
Fuente: Og mandino
El vendedor más grande del mundo


Para muestra de la sabiduría eterna que usted necesita recibir para transformar totalmente su vida, le pedimos que  lea los " principios" que, según Og Mandino, transformaron  al famoso Hafid: Los 21 consejos que hicieron de un simple arriero el más grande empresario de su país, y de un predicador fracasado: El más famoso apóstol de los siglos.
Son los siguientes:

1- Nunca se avergüence de emprender algo, aunque fracase. Porque aquel  que no ha fracasado nunca es porque no ha intentado tampoco nada.



2- El fracaso nunca será definitivo, si la determinación de alcanzar el éxito es  tan fuerte que no se acaba  ni se disminuye.
   


3- Tiene usted que repartir buena cantidad de lo que gana, entre personas menos afortunadas. Este ayudar a los pobres  es el "secreto" más poderoso que existe para obtener  que el cielo envíe éxitos a sus empresas. Si falta esta condición , puede fallar todo.


4- La naturaleza no ha creado a nadie para el fracaso. Nunca el resultado natural del esfuerzo puede ser la derrota. Así como el cuerpo no ha sido  creado para el dolor, y lo rechaza; así la vida no ha sido hecha para el fracaso. El dolor y el fracaso se soportan con frecuencia, pero como algo pasajero que tienen que terminar pronto, porque lo natural es la salud y el éxito. Para eso sí fuimos creados.



5- Hay que practicar el arte de la paciecia, porque en la naturaleza nada se hace apresuradamente. Dios es un gran artista y los artistas obran despacio porque quieren hacer las cosas bien. Dios va despacio en los éxitos  que nos está fabricando. Un olivo el rey de los árboles, dura 100 años para llegar a ser árbol perfecto. En cambio para ser cebolla  no se necesitan sino nueve semanas. Pero usted aspira a a ser olivo y no simple cebolla. El apresuramiento es señal de debilidad. Acepte que todo suceda lentamente pero que resulte bien hecho.




6- La principal diferencia entre los que han fracasado y los que han tenido éxito son sus hábitos o costumbres.
Los buenos hábitos son la clave para conseguir el éxito. Los malos hábitos son la puerta abierta al fracaso. Así que hay una gran ley que tengo que obedecer si quiero triunfar: Me formaré buenos hábitos, buenas costumbres. 
Cuando era niño  era esclavo de mis instintos; ahora ya mayor, seré esclavo de los hábitos, lo seré de los buenos y de los malos.
Tengo que desterrar de mi vida la mala costumbre y dedicarme a adquirir buenas costumbres. Estas serán el gran tesoro de mi existencia.
Tengo que adquirir la buena costumbre de  leer cada día algo provechoso. Ningún día dejaré de leer algo que forme mi personalidad .Adquiriré la costumbre de leer. Un día que se me pase sin leer es ya un empobrecerme y nunca lograré  recuperar ese día perdido.
Los pocos ratos que dedico a mis lecturas de temas que formen mi personalidad, serán un precio insignificante comparados con el éxito y la felicidad que voy a conseguir con  la buena costumbre de leer. Si leo temas que  aumenten mi cultura, caminaré erguido entre los hombres y no me reconocerán, porque soy un nuevo hombre, con una nueva vida. La conversación, del que cada día lee algo informativo siempre será más atractiva y provechosa.
La lectura buena es como  la linterna que llega a la oscuridad de mi cabeza y hace huir todas las artimañas de los malos pensamientos. Y ninguna lectura será jamás tan provechosa como la S.Biblia, por que allí es Dios mismo quien habla sabiamente a mi inteligencia.


7- Esta es el arma más poderosa para ganarme a los demás: amarlos. Si no amo seré un simple mercachifle. Pero si amo a los otros, nadie podrá defenderse de la enorme influencia de mi  presencia. Podrán no aprobar mis recomendaciones, pero si los amo ganaré sus corazones y ese es el gran secreto.
Amaré al sol porque me da calor y a la lluvia porque  hace producir frutos a la tierra.
Cuando sienta la tentación de criticar  me morderé la lengua y cuando sienta la tentación de elogiar lo proclamaré a los  cuatro vientos.
Amaré a los pobres porque son hijos de  de nuestro mismo Padre que es Dios. 
Amaré a los duros y agrios porque nadie tiene tanta necesidad de ser amado como el que no es capaz de demostrar cariño.
De ahora en adelante no tengo tiempo para odiar ni para recordar ofensas. Sólo tengo tiempo para amar y recordar cualidades de los otros.
Si amo, influiré enormemente en los demás.
Si no amo, seré como una lata que resuena.
Me amaré a mi mismo, porque soy mi primer prójimo.
Y como me amo mucho, trataré de alimentarme cada día con oración, con lecturas y con meditación, para que mi espíritu sea cada vez más noble y generoso.
Y pediré a Dios que aumente mi amor, porque este es un don del cielo, que solamente se concede a quien lo pida muchas veces.



   
8- Si quiero tener éxito  tengo que:
No cansarme de tratar de conseguirlo.
Un toro bravo  demuestra cuánto es su valor según las veces que se atreve a cornear al rejoneador que lo pincha con la lanza. Soy un león y no un cobarde conejo.
Los que quieran corriendo que lo hagan y fracasen. Pero yo cornearé  en busca del éxito aunque me pinchen las derrotas y los sufrimientos. Los premios se encuentran al final de la competición y no al principio.
La copa del vencedor se gana después de mucho cansarse, sudar y sufrir. Si después de mil pasos sigo fracasando daré un paso más, porque el éxito puede estar escondido ahí a la siguiente vuelta del camino. Jamás sabré cuan cerca estoy de del éxito si no doy unos pasos más hasta la próxima curva del camino. Siempre daré un paso más. Si este no es suficiente, daré otro y otro. Un paso no cuesta mucho. No me cansaré de buscar el éxito, porque para mí  fue hecho y tengo que alcanzarlo.
Cada esfuerzo mío es como un golpe de hacha al poderoso roble. Cada golpe  ni siquiera lo hace temblar, pero entre todos unidos terminan derribándolo. Mi esfuerzo de hoy es una gotica de agua que cae sobre una montaña. Casi no se nota. Pero una y otra...y se llevan la montaña.
Mi esfuerzo es la  pequeña hormiga que muerde al gran cuerpo  del león caído. Después de muchos viajes se habrá llevado a pedacitos el león entero.
Seré como el esclavo que  construye la gran pirámide o el obrero que pone ladrillo sobre ladrillo y termina construyendo el rascacielos.
Yo se que mis pequeños intentos por triunfar terminarán echando a un lado cualquier obstáculo por grande que sea, y construyendo el gran edificio de mis triunfos.
   

9- Jamás aceptaré la derrota como algo que no se puede superar.
Borraré de mi vocabulario palabras como  "abandonar la idea", 
" no puedo",
" irrealizable",
" sin esperanza", 
etc, porque son palabras de personas que no tienen fe ni en sí mismas ni en Dios. Aunque a ratos tenga que pasar por situaciones muy difíciles, miraré hacia adelante, hacia la meta, donde me esperan los éxitos que mi Padre Dios ha creado para mí. Y recordaré que donde  termina  el árido desierto empezarán  los  campos verdes llenos de frutos y alegrías.


10- Recordaré la ley de los promedios:
¿Cuántas veces se triunfa  si uno está seguro de sí mismo y de la ayuda de Dios. Si no se cansa de insistir y trata de irse formando una personalidad simpática e ir adquiriendo  las técnicas que la experiencia y la ciencia le pueden enseñar para triunfar? ¿Cuántas? ¡ La mayor parte de la s veces! Por eso la ley de los promedios me echará para adelante cada día.
La insistencia sistemática e inteligente es la llave del éxito.



 11- Soy el milagro más grande de la naturaleza.
Soy el milagro de miles de años  de progreso, por eso estoy mejor equipado para triunfar que los emperadores y sabios que me precedieron. Pero empleo sólo una décima parte de mi cerebro. Yo puedo triunfar muchísimo más si hago trabajar un poco más mi inteligencia. Por eso nunca me quedaré tranquilo con los éxitos que he obtenido. Aún puedo obtener más triunfos, mejores y mayores. No estoy de casualidad en esta tierra. He sido creado por Dios para que consiga triunfos que  Él ha preparado para mí. Por eso me dio tantas cualidades y me hizo semejante a Él. Y Dios puede y quiere darnos  muchísimo más  de lo que nosotros nos atrevemos a pedirle.

  
12- Procuraré constantemente mejorar mis modales y mis atractivos, que son como el azúcar que atraen a los demás. Sé que el impulso más grande de las personas es el " ser importantes" y que el mayor anhelo es el "ser apreciados", y que los que satisfacen honestamente esta " sed del corazón" de los demás, ya los tendrán  
 a todos en la palma de las manos. Por eso pensaré en las buenas cualidades  de los demás, y seré caluroso en mis felicitaciones y abundante en mis elogios.



13- Vivir este día como si fuera el último día de mi vida:
Cómo obraría si este fuera el único tesoro que me quedara. No desperdiciaré  ni un momento de mi vida, en quejarme de los males pasados, ni en criticar lo que otros hacen, ni en alabar lo bueno que yo he hecho. Olvidándome del ayer, no me afanaré tampoco del mañana. Solamente el hoy es el que me interesa.
Las tareas de mañana  no las puedo hacer hoy, por eso las dejaré para mañana, y hoy hago las de hoy y bien hechas. ¿Para qué atormentarme  con problemas que  aún no han llegado y que quizá nunca lleguen?
Daré gracias  a Dios por este día presente que es mi gran tesoro. Quizá sea la última página de mi vida. Huiré de todo aquello  que mata el tiempo: La charlatanería inútil, las lecturas fofas que no forman, sino que llenan la cabeza de noticias dañosas; el dedicarse a tonterías...
Viviré este día  como si fuera el último de mi vida... y si no lo es, caeré de rodillas y daré gracias a Dios.


14- Seré dueño de mis emociones:
Nosotros somos como la marea del mar, que sube y baja. Mis estados de ánimo subirán y bajarán. Eso no se me hace raro, porque en la naturaleza todo cambia. Si por la noche me persigue el llanto, por la mañana me visitará la alegría.
Mi vida es como una rueda del parque: Un rato baja la tristeza y otro sube a la alegría. Pero si no domino mis emociones me llegará el fracaso. No quiero demostrar ni demasiada alegría ni demasiada tristeza.
Recordaré que una persona es tanto más pequeña cuanto más pequeñas cosas son la s que hacen disgustarse y andar triste.

     
15- Cada mañana  tengo que hacerme este plan:
Si me siento triste y deprimido cantaré.
Si me siento inferior vestiré ropas nuevas.
Si me siento incompetente recordaré éxitos del pasado.
Si me siento insignificante recordaré los grandes triunfos que Dios puede proporcionar a los que en Él confían. Ni ojo vio ni oído oyó las maravillas que Dios tiene preparadas para los que lo aman.
Si se apodera de mí la confianza excesiva, recordaré  mis fracasos.
Si me siento orgulloso, recordaré un momento de debilidad.
Si soy dueño de mi mismo, seré grande. Si controlo mis estados de ánimo, voy a triunfar. Recordaré que el ánimo de los demás es cambiante. Por eso no me desanimaré  por una repulsa ni por dos. Hoy no se aceptarán comprar una palacio por mil pesos  y mañana darán un millón por una casita. El concepto de este secreto será  la llave que abrirá la puertas de muchos éxitos.


16- Sabré reír.
Me reiré del mundo . El único animal que puede reír es el ser humano, Cultivaré la buena costumbre de reír.
La risa mejora mi digestión.
La risa alargará mi vida.
Y aprenderé a reírme de mí mismo. No hay que tomarse demasiado en serio  porque llega uno a ser cómico. Si admiro a os demás , ya no me creeré demasiado importante.
Si tomo la vida demasiado en serio la lleno de amargura.
La preocupación que en este día me parece tan seria ¿No me parecerá insignificante dentro de diez años?. ¿Entonces por qué darle tanta importancia?.
¿Qué puede preocuparme hoy antes de que oculte el sol, que con el correr de los siglos merezca la pena recordar?
Qué mis sonrisas provoquen también sonrisas de otros.
Nadie necesita tanto de una sonrisa como el que ya no tiene ninguna que dar. Y este es un don que yo puedo regalar.
Cada sonrisa puede ser pagada con oro, y cada palabra bondadosa, hablada desde el corazón, puede ser una provechosa amistad.
Nunca permitiré que me vuelva tan importante, tan sabio, tan reservado y poderoso, que no pueda sonreír a los demás  y reírme de mí mismo. En esto tengo que ser como niño si quiero ser bendecido por Dios  y por las gentes.


   

17- Tres palabras aprenderé  a repetir hasta que se conviertan en una costumbre tan fuerte que aparezcan inmediatamente cada vez que el buen humor amenace con apartarse de mí: Esto también pasará.
Estas palabras repetidas  en ocasiones de disgusto  y malestar traerán alegría  y paz en mi corazón. Muchos ya lo experimentaron en la antigüedad. Cuando me sienta con deudas  o escasés, diré: " Esto también pasará". Pasó el que hizo las pirámides. 
Pasó el que hizo la guerra, y la guerra también pasó...y este problemita mío de hoy ¿ No va a pasar también?. ¿ Entonces por qué darle excesiva importancia?
También esto pasará.

         
18- Usaré la gran arma que poseo: Mi inteligencia.
Dice la Biblia que cuando Dios creo al hombre lo hizo " a su imagen y semejanza". O sea: Totalmente parecido a Dios, no en su cuerpo, porque Dios no tiene cuerpo, sino en su espíritu, en su inteligencia y voluntad.
Así que poseo un gran tesoro: Una inteligencia muy parecida a la de Dios, el Poderoso y admirable Sabio que hizo todo lo que existe.

Pero la experiencia enseña que un hombre ordinario sólo emplea la tercera parte de su inteligencia, y que la mayoría de las personas que  que mueren tienen todavía  el 70% de su cerebro sin estrenar. No cometeré ese error.

Una corriente de agua encaminada por la inteligencia del hombre, se convierte en fuente de energía que va y alumbra a una ciudad.
Un campo de barrizales, tratado con la inteligencia humana se convierten en ladrillos que forman un rascacielos.
Nuestra vida dirigida por nuestra misma inteligencia y guiados por la sabiduría divina, será la más formidable cadena de triunfos.


     
19- El grano de maíz puede tener dos destinos:
O caer en tierra y convertirse en bella planta y producir muchos granos más, o ir a la boca de un cerdo entre aguamasa y desperdicios.
Yo soy como el grano de maíz . Y no permitiré que  mi vida se convierta en  alimento de cerdos. La quiero ver multiplicada en frutos. Como el grano, mi vida tiene que caer en tierra: en la humillación y en la fatiga. Será regada por los sudores de mis esfuerzos. Será abonada con mis afanes, mis tristezas y mis fracasos: pero de esos sinsabores saldrá la cosecha de mis triunfos.
El grano que cae en tierra y muere, ese, es el que da frutos.
Estoy muriendo a mis comodidades, a mi orgullo, a mis asperezas, a mi egoísmo, y todo esto se convertirá en una cosecha de grandes ideales realizados.
¡Lo que cada uno cultiva, eso cosechará!
Quiero cultivar esfuerzos, porque deseo cosechar luminosas realidades.

¿Cuál es el agua que riega y fecunda los granos de mis esfuerzos? la meta: Los ideales que deseo conseguir.
Nunca me preocuparé  porque mis metas sean demasiado elevadas, porque es preferible apuntarle a un águila y darle a un a golondrina, que apuntarle a una golondrina y darle a la va ca del vecino: "Hay que aspirar a ser papa, para llegar a ser sacristán" ,decían los antiguos. Y por algo lo dirían.

Si tropiezo al tratar de alcanzar mis metas, no me desanimaré, porque todos los que han llegado muy alto tropezaron por el camino. El único que no tiene peligro de tropezar es el gusano que se arrastra, ni gallina que no se atreve a levantar el vuelo.

El sol que calienta los granos de ideales que quiero cultivar, será los consejos escritos  en este libro. Los leeré muchas veces hasta hacerlos míos, porque ese sol de buenas enseñanzas hará crecer de manera admirable las plantas de mis éxitos que con tanto cariño me propongo cultivar.

El viento que trae polen fecundante a la  planta de mis ideales serán las palabras llenas de ánimo que me diré a mí mismo, y diré a los demás muchas veces. " Tu puedes mucho más". " Animo: No todo está perdido", " Adelante, que a la vuelta de la esquina puede estarnos esperando el éxito", etc., etc.
No cometeré el terrible crimen de creer que las grandes metas no se hicieron para mí y que los grandes ideales son únicamente para otros.

Realizaré labores que un fracasado no se atreverá a realizar.
Y sin embargo, nunca proclamaré mis éxitos.
Que me alaben los labios extraños, nunca los míos. Dejaré que la gente se entere por sí sola  que los bienes que hago, y de las cualidades que el Señor me ha concedido. Pero mis labios no lo publicarán. 


20- Todo es inútil si me quedo solo en pensamientos y planes y no paso a la acción:
Solamente la acción es la palanca que pone en movimiento la gran planta de energía que hay en mi personalidad. La acción es el combustible  que me lleva hacia el éxito. Por eso procederé a hora mismo.
El temor detiene al éxito.
Al temor se le vence con la acción.
Al tigre del terror  lo hace huir el conejito de la acción.
Empezar a obrar y el temor se va alejando.

La luciérnaga sólo proyecta luz cuando  va volando.
Mi personalidad solamente podrá demostrar los valores que tiene si me dedico a obrar.

No dejaré las tareas de hoy ni las postergaré para mañana.
Es mejor fracasar actuando que quedarse sin hacer nada y fracasar lo mismo.
Procederé ahora mismo...
Procederé ahora  mismo. Estas palabras repetidas se me tienen que convertir en una costumbre como  la de respirar.

Cuando el fracasado exclame: " dormiré una hora más", yo me levantaré diciendo: " procederé ahora mismo".
Cuando el pusilánime esté pensando: " quizá no voy a tal cliente porque me va a recibir mal", yo iré hacia dicho señor repitiéndome: " procederé ahora mismo". Cuando el otro pase por el frente a la puerta sin llamar porque  teme que no lo atenderán, levantaré mi mano para tocar a la puerta y mientras tanto  iré repitiendo: " procederé ahora mismo". Cuando desanimado escuche una voz traicionera que me grita: " Ya no luchemos más que todo es inútil", levantaré mi paso de vencedor y diré entusiasmado: " procederé ahora mismo" y transitaré por donde un fracasado no se atreve a andar, y trabajaré cuando  un fracasado se dedicaría a descansar, y hablaré mientras un fracasado se quedaría en silencio. Afirmaré: " Todavía es posible", cuando un pesimista exclame: " Ya es demasiado tarde".

"Mañana", que sea la palabra de los haraganes.
Mi palabra es ahora, porque ese es mi tesoro.
Cuando el león tiene hambre ataca.
Yo tengo hambre de éxitos y quiero obrar para conseguirlos. Pero no desde mañana, sino desde "ahora mismo".

Mi momento oportuno es el "ahora".
Si dejo para más tarde el empezar la obra, Dios puede vender a otros los éxitos que tenía para mí.
El mundo es de Dios, pero Él se lo alquila  los valientes.
¡Procederé ahora mismo!


21- En los momentos de angustia y de desastre invocaré a mi Dios.
La naturaleza no habrá puesto en cada uno de nosotros ese secreto instinto de clamar pidiendo ayuda al cielo, si no hubiera un Poder Superior escuchando atentamente y dispuesto para acudir prontamente en nuestro socorro.

Pero mis clamores no serán solamente pidiendo ayudas materiales. También estas las podemos pedir, si convienen al espíritu, pues tenemos la divina promesa: 
" Todo lo que pidáis con fe lo conseguiréis.
También lo material si no hace daño a nuestro espíritu.

Pero mi clamor principal será pidiendo a Dios  que me dirija, que me ilumine lo que debo hacer, decir y evitar.

Nunca oraré pidiendo cosas materiales solamente. No es sólo dinero, o amor, buena salud, o fama o lo que necesito.
Es sobre todo el sublime Don de la Sabiduría.
Lo que Salomón pidió a Dios y tanto agradó a la Divinidad:
- Pídeme lo que quieras, le dijo el Señor, y Salomón respondió:
" Dame una gran sabiduría para que sepa tratar bien a los demás". Y Dios le respondió:
" Porque no me pediste ni oro, ni plata, ni placeres, ni fama, sino Sabiduría para guiarte bien en el trato con los demás, te voy a dar una sabiduría como nunca nadie la ha tenido hasta hoy. Y además te regalaré todos los bienes materiales que necesites, y mucho más".

Oraré pidiendo directivas y orientación.

Oraré de esta manera:

Oh creador de todas las cosas:
Voy hacia el éxito por un camino lleno de dificultades y un mundo lleno de peligros.
Necesito que tu mano me lleve y tu voz me vaya guiando.
Si Tú eres mi Pastor, no temeré aunque tenga que atravesar valles oscuros, porque tu cayado protector me defenderá.

No te pido lujos, ni vanidades, pero te suplico que yo adquiera la habilidad que mi profesión requiere, para que sepa aprovechar hasta el máximo todas las oportunidades de triunfo que Tú has puesto en mi camino.

Tú has endeñado al león y al águila como aprovechar las oportunidades y no dejar escapar la presa. 
Tú has enseñado al zorro y al ratón como huir de los peligros que podían llevarlos al desastre.
Enséñame a no dejar huir ninguna ocasión de tener éxitos en mis labores.
Pon en mis labios las palabras apropiadas, agradables y eficaces que atraigan para mis empresas y labores los corazones de los demás.
Pon en mi inteligencia la prudencia que me lleve a evitar todos aquellos pasos que me pueden llevar  al abismo y las garras del fracaso.

Ayúdame a permanecer humilde  y valiente  en los obstáculos y fracasos, pero no dejes nunca de recordarme los grandes triunfos que tienes reservados para los que confían en tu bondad y en tu poder.

Abre mis labios para decir palabras que animen y llenen de alegría la viada de los demás y ciérralos con siete sellos cuando quieran proferir insultos o maldiciones o traten de esparcir chismes o murmuraciones.

Enséñame a practicar y repasar la ley de los promedios ( o sea  ¿ Cuántas veces de cada diez  he triunfado  en tal o cual cosa?
¿Cuántas veces de cada diez he fracasado  en tal  o cuál asunto?). 
Para que adquiera un corazón prudente y no vea sólo fracasos  donde también  he cosechado muchos triunfos. Ni me encapriche a seguir por caminos y ocasiones que ya me han demostrado ser fatales.

Fortalece mi voluntad para que aprenda a no cansarme nunca, y no pronunciar jamás la frase paralizadora que a tantos  detuvo  cuando ya iban a alcanzar el éxito: " Es inútil insistir".
Dame la gracia de insistir e insistir como la madre que te pedía la curación para su hija y al fin la obtuvo. Como la gota de agua que cae día tras día sobre la roca y al fin la logra atravesar.

Lléname de buenas costumbres y haz que las costumbres malas que he adquirido se mueran pronto en mí. Sin embrago concédeme compasión para con los demás porque dejar de ser malos y hacerse buenos es algo mil veces mas complicado de lo que me había imaginado.

Y en los momentos duros recuérdame:
" Esto también pasará".

Y hoy y siempre  enséñame a recordar tus innumerables bendiciones y favores.
Haz que cada día  haga yo una lista de las razones que tengo para ser feliz y bendecirte. Con eso ensancharás mi corazón y darás nobleza a mi carácter y alegría a todo mi existir.

Concédeme oh Dios a que yo llegue  a ser todo aquello que tienes planeado que yo sea.
Que aquella personalidad agradable y poderosa que en tu inteligencia has deseado que yo llegue  a poseer, la logre yo muy pronto a conseguir.
Amén.


Reflexión:
De acuerdo a la enseñanza de esta publicación,
¿què acciones vas a tomar a partir de hoy en tu vida? 
Esperamos sus comentarios 


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran enseñanza... son mensajes certeros para llevarlos a la práctica.
Felicitaciones este bloguero.

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